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Ordenadores de Sobremesa sin Torre

Los Ordenadores de Sobremesa sin Torre son versátiles, con un atractivo y reducido diseño que se adapta a cualquier escritorio. Los ordenadores de sobremesa sin torre ofrecen la posibilidad de tener todos los componentes de un ordenador de sobremesa en un solo sitio, sin necesidad de perder rendimiento.

Un ordenador de sobremesa presenta muchas más posibilidades respecto a prestaciones que un ordenador portátil. Por una parte, al tener una caja de mayor tamaño, es posible instalar ‘hardware’ de mayores prestaciones que en el caso de los ordenadores portátiles que cuentan con un espacio más reducido. Un ordenador de sobremesa sin torre dispone de todos los componentes de un ordenador de sobremesa integrados en el monitor.

Consejos para elegir un ordenador de sobremesa sin torre adecuado

Lo difícil es saber qué modelo de ordenador PC sin torre se adapta mejor a ti. Aquí hemos reunido la selección de los mejores ordenadores de sobremesa en todas las formas, tamaños, potencias y precios de internet para asegurarnos de que descubras el ordenador con el que estarás encantado. Ya sea que tengas un presupuesto ajustado o dinero para gastar, hay un modelo para ti. A continuación tienes información y algunos consejos para comprar el ordenador de sobremesa sin torre adecuado.

En base a tus necesidades puedes optar por una potencia o u otra. Estos son los principales componentes que debes tener en cuenta para comprar un ordenador de sobremesa sin torre.

Presupuesto

En la actualidad es posible encontrar ordenadores de sobremesa completos con procesador básico, 8GB de RAM, disco duro SSD y periféricos (pantalla, teclado y ratón) por menos de 500 Euros. En cambio, las torres de sobremesa con Intel Core i7, 16GB de RAM, tarjeta gráfica dedicada de 6GB y almacenamiento SSD, normalmente cuestan más de 1000 Euros. Los ordenadores de sobremesa de última generación con procesador Intel Core i9 rondan los 1500 Euros o más.

Procesador CPU

El procesador es el elemento de ‘hardware’ que le dota de velocidad y potencia a nuestro ordenador. Aunque pensemos que nunca vamos a sacar partido a un procesador potente, ya que solo emplearemos el ordenador para escribir, navegar por internet y poco más, lo mejor es plantearse las cosas con visión de futuro ya que una semana después empezamos a editar fotos, poco después vídeo y terminamos jugando a un videojuego que requiere altas prestaciones. Es mejor apuntar por encima de nuestras necesidades que quedarnos cortos.

En este sentido, existen en la actualidad dos fabricantes de procesadores que acaparan casi todo el mercado: Intel y AMD. Intel tiene diferentes modelos. como los Pentium, Intel Core i3, Intel Core i5, Intel Core i7 y el nuevo Intel Core i9. Estos últimos son los procesadores más potentes de la actualidad. En cada uno de estos modelos existen decenas de variables, por lo que lo mejor será analizar detenidamente sus características en cuanto a velocidad (medida en Ghz). En el caso de AMD, nuestra elección debe de partir de procesadores de la familia FX-8000 o FX-9000.

Tarjeta Gráfica GPU

Normalmente se suele asociar la tarjeta gráfica a los juegos. No obstante, esto no es del todo cierto. Este elemento del ordenador es el que se encarga de procesar toda la información visual producida en la CPU y enviarla al monitor. De este modo, elegir una tarjeta conveniente es muy importante ya que es quien nos mostrará lo que vamos a ver en la pantalla.

Tanto Intel como AMD suelen ofrecer procesadores centrales con tarjetas integradas que, para el uso básico, son más que suficientes. Sin embargo, siempre que podamos (especialmente si tenemos pensado jugar con este ordenador, ver vídeo en alta definición o trabajar), debemos optar por una tarjeta gráfica independiente. Tanto AMD como Nvidia tienen grandes modelos. Fijaros bien en la memoria de cada una. Con una tarjeta gráfica de 2 GB tendremos suficiente para tareas básicas, con 4 GB para gaming y con 8 GB nos garantizará un funcionamiento más fluido durante los próximos dos años.

Memoria RAM

La memoria RAM, al igual que el procesador, el tipo de disco duro y la tarjeta gráfica, aumentan la fluidez del sistema y el rendimiento del PC. 8GB es más que suficiente para la mayoría de usuarios y 4GB es una cantidad decente para tareas normales. Las memorias de 16GB y 32GB de RAM son rangos propicios para tareas de altos requisitos que requieren mayor potencia.

Capacidad Disco Duro

Los precios de las nuevas unidades SSD han bajado en los últimos años, pero eso no significa que tengas que gastar de manera desorbitada en una unidad de estado sólido de alta capacidad para obtener gran cantidad de espacio de almacenamiento interno. Las personas con presupuesto limitado pueden optar por una estrategia de doble disco, combinando un SSD más manejable y rápido con suficiente capacidad para almacenar el sistema operativo y las aplicaciones de uso frecuente, al tiempo que recurren a un disco duro menos costoso y expansivo para alojar archivos pesados como series y películas, o grabaciones de video.

A menos que seas un editor profesional o un coleccionista de series y películas, 256GB de almacenamiento interno probablemente sea suficiente. Muy importante: asegúrate de comprar tu nuevo PC con disco duro SSD principal, eso hará que tu nuevo PC sea mucho más rápido. Desde un inicio veloz, a la carga de aplicaciones, juegos y transferencia de archivos a máxima velocidad.

Placa base

No nos solemos fijar mucho en este componente, pero es uno de los principales, ya que en función del modelo nos permitirá montar un tipo de procesador, cierta cantidad de memoria RAM, la clase de tarjeta gráfica y otros componentes como discos duros de alta capacidad o varios disipadores para refrigerar el interior de nuestra CPU.