Los Ordenadores de Sobremesa con procesador Intel Core i9 proporcionan la mayor potencia para satisfacer cualquier tipo de tareas y usos. Un ordenador de sobremesa i9 se adapta perfectamente todas necesidades tecnológicas de cada usuario, ya que su configuración está desarrollada para uso profesional o para el gaming.
En definitiva, los Ordenadores Sobremesa Intel Core i9 están capacitados para todo tipo de situaciones. Estos equipos garantizan una potencia y un rendimiento al máximo, por lo que son ideales para el ámbito profesional o para los aficionados a los videojuegos. Un ordenador fluido, estable y que va a proporcionar al usuario una gran durabilidad.
Ya sea por sus variantes de personalización, actualización y potencia, el ordenador de sobremesa i9 es el formato por excelencia para gaming y uso profesional, aunque también hay consumidores que apuestan por el clásico ordenador de escritorio para tareas más básicas como navegar por internet u ofimática.
Pese a la evolución de los innovadores dispositivos, los ordenadores de sobremesa siguen siendo muy útiles y en la mayoría de tareas, los más potentes. Si estás valorando comprar un ordenador de sobremesa i9, te exponemos los consejos que debes tener en cuenta para adquirir el ordenador pc que mejor se adapte a tus necesidades.
La controversia es saber qué modelo de ordenador pc i9 se adapta mejor a ti y a tus necesidades. Aquí hemos reunido la selección de los mejores ordenadores de sobremesa i9 en todas las formas, tamaños, potencias y precios de internet para asegurarnos de que descubras el ordenador con el que estarás encantado. Ya sea que tengas un presupuesto ajustado o dinero para gastar, hay un modelo para ti. A continuación tienes información y algunos consejos para comprar el ordenador de sobremesa i9 adecuado.
Dependiendo de tus necesidades puedes optar por una potencia o u otra. Estos son los principales componentes que debes tener en cuenta para comprar un ordenador de sobremesa i9.
En el mercado actual es posible encontrar ordenadores de sobremesa completos con procesador básico, 8GB de RAM, disco duro SSD y periféricos (pantalla, teclado y ratón) por menos de 500 Euros. En cambio, las torres de sobremesa con Intel Core i7, 16GB de RAM, tarjeta gráfica dedicada de 6GB y almacenamiento SSD, normalmente cuestan más de 1000 Euros. Los ordenadores de sobremesa de última generación con procesador Intel Core i9 rondan los 1500 Euros o más.
El procesador es el elemento de ‘hardware’ que le dota de velocidad y potencia a nuestro ordenador. Aunque pensemos que nunca vamos a sacar partido a un procesador potente, ya que solo utilizaremos el ordenador para escribir, navegar por internet y poco más, lo mejor es plantearse las cosas con visión de futuro ya que una semana después empezamos a editar fotos, poco después vídeo y terminamos jugando a un videojuego que requiere altas prestaciones. Es mejor comprar un ordenador con mayor potencia que quedarnos cortos.
En este sentido, existen en la actualidad dos fabricantes de procesadores que acaparan casi todo el mercado: Intel y AMD. Intel tiene diferentes modelos. como los Pentium, Intel Core i3, Intel Core i5, Intel Core i7 y el nuevo Intel Core i9. Estos últimos Intel Core i9 son los procesadores más potentes de la actualidad. En cada una de estas categorías existen decenas de variables, por lo que lo mejor será analizar detenidamente sus características en cuanto a velocidad (medida en Ghz). En el caso de AMD, nuestra elección debe de partir de procesadores de la familia FX-8000 o FX-9000.
De forma popular se suele asociar la tarjeta gráfica a los juegos. No obstante, esto no es del todo cierto. Este elemento del ordenador es el que se encarga de procesar toda la información visual producida en la CPU y enviarla al monitor. De este modo, elegir una tarjeta conveniente es muy importante ya que es quien nos mostrará lo que vamos a ver en la pantalla.
Tanto Intel como AMD suelen ofrecer procesadores centrales con tarjetas integradas que, para el uso básico, son más que suficientes. Sin embargo, siempre que podamos (especialmente si tenemos pensado jugar con este ordenador, ver vídeo en alta definición o trabajar), debemos optar por una tarjeta gráfica independiente. Tanto AMD como Nvidia tienen grandes modelos. Fijaros bien en la memoria de cada una. Con una tarjeta gráfica de 2 GB tendremos suficiente para tareas básicas, con 4 GB para gaming y con 8 GB nos garantizará un funcionamiento más fluido durante los próximos dos años.
La cantidad de memoria RAM es otro elemento importante en nuestra elección de un ordenador de sobremesa. Este tipo de memoria es capaz de almacenar datos e instrucciones de una manera temporal. Es lógico, por tanto, pensar que si vamos a someter a nuestro ordenador a operaciones de alta capacidad como edición de vídeo de cierta calidad, deberemos de tener la mayor cantidad de memoria RAM posible. En la mayoría de los casos con 8 Gigas será más que suficiente, pero es interesante investigar si la placa base de nuestro ordenador permite ampliar en un futuro la cantidad de memoria RAM instalada.
Continuamos con otro factor fundamental: el almacenamiento interno. Allí es donde se aloja toda la información de nuestro ordenador, incluyendo el sistema operativo y sus aplicaciones. En el caso de los discos duros tradicionales deberemos fijarnos en la velocidad de escritura. Este dato nos indica, en revoluciones por minuto, la velocidad de giro de los platos utilizados para almacenar la información. En principio con 5.400 RPM tenemos suficiente para el uso cotidiano pero si podemos conseguir mayor velocidad mucho mejor.
Actualmente los discos duros se están quedando algo desfasados. La tecnología SSD, que almacena la información en rapidísimos chips de memoria de estado sólido, ofrece una velocidad muy superior y tiempos de acceso fulgurantes sin ruido alguno. Un sistema operativo o un juego instalado en una unidad SSD arranca muchísimo más deprisa que en un disco duro, hasta el punto de que simplemente cambiando este componente un ordenador viejo puede rejuvenecer mágicamente.
El mayor problema de las unidades SSD es que son un poco más costosas. La recomendación actual es utilizar un disco SSD si no se van a almacenar mucha información y añadir un disco duro tradicional de gran capacidad como unidad secundaria para los datos más pesados, como grandes colecciones de música y películas. La mayoría de los usuarios tienen bastante con una SSD de 256 GB. Un consejo: si cogéis un disco duro de mucha capacidad, haced dos particiones para separar los archivos del sistema de los datos personales tipo fotos y música. Os evitaréis más de un disgusto.
No nos solemos fijar mucho en este componente, pero es uno de los principales, ya que en función del modelo nos permitirá montar un tipo de procesador, cierta cantidad de memoria RAM, la clase de tarjeta gráfica y otros componentes como discos duros de alta capacidad o varios disipadores para refrigerar el interior de nuestra CPU.