Los Ordenadores Asus Sobremesa destacan por su rendimiento, conectividad y diseño. Actualmente, Asus cuenta con tres tipos de equipos que se adaptan a las diferentes necesidades de los usuarios y, además, se han introducido nuevas tecnologías y sistemas que los hacen mucho más potentes en todas sus funciones.
Para los gamers, la empresa ha desarrollado una amplia sección de ordenadores de sobremesa Asus dedicada especialmente a los más expertos en este mundo. Para aquellos que utilizan su equipo tanto para su entretenimiento como para su trabajo, la marca ha desarrollado unos ordenadores de sobremesa Asus que proporcionan buen rendimiento, vídeo y sonido de alta definición y fiabilidad.
Un ordenador de sobremesa Asus ofrece muchas más posibilidades en cuanto a prestaciones que un ordenador portátil Asus. Por una parte, al tener una caja de mayor tamaño, es posible instalar ‘hardware’ de mayores prestaciones que en el caso de los ordenadores portátiles que cuentan con un espacio más reducido. Un ordenador de sobremesa Asus se puede abrir con facilidad para sustituir piezas o mejorar cualquiera de sus componentes sin temor a que no exista espacio suficiente. Además, los ordenadores Asus de sobremesa nos brindan una gran variedad de combinación de periféricos. La relación calidad-precio de un mismo componente siempre será mejor en el caso de los ordenadores de sobremesa que en el de un ordenador portátil.
Escoger el ordenador de sobremesa Asus adecuado para satisfacer tus necesidades durante los próximos años puede ser una decisión abrumadora debido a la gran selección de modelos existentes, tanto en los estantes de las tiendas físicas como en las tiendas online. A continuación tienes información y algunos consejos para comprar el ordenador de sobremesa Asus adecuado.
Dependiendo de tus necesidades puedes optar por una potencia o u otra. Estos son los principales componentes que debes tener en cuenta para comprar un ordenador de sobremesa Asus.
En el mercado actual es posible encontrar PCs de sobremesa completos con procesador básico, 8GB de RAM, disco duro SSD y periféricos (pantalla, teclado y ratón) por menos de 500 Euros. En cambio, las torres de sobremesa con Intel Core i7, 16GB de RAM, tarjeta gráfica dedicada de 6GB y almacenamiento SSD, generalmente cuestan más de 1000 Euros. Los ordenadores de sobremesa de última generación con procesador Intel Core i9 rondan los 1500 Euros o más.
El procesador o CPU es sin duda el corazón de un ordenador. Este componente es básico y por tanto debemos seleccionar bien cuál cogemos. Un procesador, explicado de forma breve y sencilla, es la parte que se encarga se ejecutar el sistema operativo y las aplicaciones. El rendimiento puede variar bastante según el modelo que cojamos. En las fichas de los procesadores siempre nos encontraremos dos datos: la velocidad y el número de núcleos.
Lo fundamental a la hora de seleccionar un buen procesador es saber qué uso vamos a darle. Si es un uso de poca intensidad (navegar por internet, escribir documentos) con un procesador Intel Core i3 tenemos suficiente. Si vamos a usarlo para juegos, y de forma más exhaustiva, subir a un chip Intel Core i5 (o uno de los más recientes Ryzen 7 de AMD) es una buena opción. Finalmente, si vamos a realizar un uso más profesional o muy específico, nos conviene escoger un Intel Core i7 de cuatro núcleos o el nuevo procesador Intel Core i9.
De forma popular se suele asociar la tarjeta gráfica a los juegos. No obstante, esto no es del todo cierto. Este elemento del ordenador es el que se encarga de procesar toda la información visual producida en la CPU y enviarla al monitor. De este modo, elegir una tarjeta conveniente es muy importante ya que es quien nos mostrará lo que vamos a ver en la pantalla.
Tanto Intel como AMD suelen ofrecer procesadores centrales con tarjetas integradas que, para el uso básico, son más que suficientes. Sin embargo, siempre que podamos (especialmente si tenemos pensado jugar con este ordenador, ver vídeo en alta definición o trabajar), debemos optar por una tarjeta gráfica independiente. Tanto AMD como Nvidia tienen grandes modelos. Fijaros bien en la memoria de cada una. Con una tarjeta gráfica de 2 GB tendremos suficiente para tareas básicas, con 4 GB para gaming y con 8 GB nos garantizará un funcionamiento más fluido durante los próximos dos años.
La memoria RAM es un tipo de memoria que utiliza el procesador para volcar de forma temporal cálculos para hacer funcionar las aplicaciones. Con los años la calidad ha ido mejorando bastante, y a día de hoy es fácil encontrar una memoria RAM a un precio bastante asequible. Si vamos a usar un ordenador para lo básico, con 4 GB tenemos suficiente. Los más exigentes obtendrán un buen rendimiento con 16 GB, y finalmente, 32 GB o más para usos profesionales, la cantidad puede variar en función de la tarea que vayamos a realizar.
A la hora de ampliar la RAM de un ordenador de sobremesa, tenemos que fijarnos bien si tenemos ranuras libres en la placa base. Normalmente los equipos de mesa vienen con un hueco libre para meter más. Recordad siempre que el tipo de memoria RAM debe ser el mismo que el aceptado por la placa base.
Los precios de las nuevas unidades SSD han bajado en los últimos años, pero eso no significa que tengas que gastar de manera desorbitada en una unidad de estado sólido de alta capacidad para obtener gran cantidad de espacio de almacenamiento interno. Las personas con presupuesto limitado pueden optar por una estrategia de doble disco, combinando un SSD más manejable y rápido con suficiente capacidad para almacenar el sistema operativo y las aplicaciones de uso frecuente, al tiempo que recurren a un disco duro menos costoso y expansivo para alojar archivos pesados como series y películas, o grabaciones de video.
A menos que seas un editor profesional o un coleccionista de series y películas, 256GB de almacenamiento interno probablemente sea suficiente. Muy importante: asegúrate de comprar tu nuevo PC con disco duro SSD principal, eso hará que tu nuevo PC sea mucho más rápido. Desde un inicio veloz, a la carga de aplicaciones, juegos y transferencia de archivos a máxima velocidad.
No nos solemos fijar mucho en este componente, pero es uno de los principales, ya que en función del modelo nos permitirá montar un tipo de procesador, cierta cantidad de memoria RAM, la clase de tarjeta gráfica y otros componentes como discos duros de alta capacidad o varios disipadores para refrigerar el interior de nuestra CPU.