Los Ordenadores Sobremesa Intel Core i5 con disco SSD tienen la capacidad y potencia para ejecutar múltiples tareas. La potencia y el rendimiento que proporcionan los ordenadores de sobremesa i5 SSD hacen que sean ideales tanto para realizar tareas básicas, uso profesional y el gaming. El ordenador pc de sobremesa i5 SSD tiene unas prestaciones y características que garantizan una gran productividad a nivel usuario.
Las SSD almacenan los archivos en microchips con memorias flash interconectadas entre sí, siendo estos discos duros SSD mucho más rápido que los mecánicos.
Un ordenador de sobremesa proporciona muchas más posibilidades en cuanto a prestaciones que un ordenador portátil. Por una parte, al tener una caja de mayor tamaño, es posible instalar ‘hardware’ de mayores prestaciones que en el caso de los ordenadores portátiles que cuentan con un espacio más reducido. Un ordenador de sobremesa i5 SSD se puede abrir con facilidad para sustituir piezas o mejorar cualquiera de sus componentes sin temor a que no exista espacio suficiente. Además, las torres PC nos presentan una mayor variedad de combinación de periféricos. La relación calidad-precio de un mismo componente siempre será mejor en el caso de los ordenadores de sobremesa que en el de un ordenador portátil.
Escoger el ordenador de sobremesa i5 SSD adecuado para satisfacer tus necesidades durante los próximos años puede ser una decisión abrumadora dada la gran diversidad de modelos existentes, tanto en los estantes de las tiendas físicas como en las tiendas online. A continuación tienes información y algunos consejos para comprar el ordenador de sobremesa i5 SSD adecuado.
En base a tus necesidades puedes optar por una potencia o u otra. Estos son los principales componentes que debes tener en cuenta para comprar un ordenador de sobremesa i5 SSD.
En la actualidad es posible encontrar ordenadores de sobremesa completos con procesador básico, 8GB de RAM, disco duro SSD y periféricos (pantalla, teclado y ratón) por menos de 500 Euros. En cambio, las torres de sobremesa con Intel Core i7, 16GB de RAM, tarjeta gráfica dedicada de 6GB y almacenamiento SSD, por norma general cuestan más de 1000 Euros. Los ordenadores de sobremesa de última generación con procesador Intel Core i9 rondan los 1500 Euros o más.
El procesador o CPU es sin duda el corazón de un ordenador. Este componente es básico y por tanto debemos seleccionar bien cuál cogemos. Un procesador, explicado de forma breve y sencilla, es la parte que se encarga se ejecutar el sistema operativo y las aplicaciones. El rendimiento puede variar bastante según el modelo que cojamos. En las fichas de los procesadores siempre nos encontraremos dos datos: la velocidad y el número de núcleos.
Lo fundamental a la hora de seleccionar un buen procesador es saber qué uso vamos a darle. Si es un uso de poca intensidad (navegar por internet, escribir documentos) con un procesador Intel Core i3 tenemos suficiente. Si vamos a usarlo para juegos, y de forma más exhaustiva, subir a un chip Intel Core i5 (o uno de los más recientes Ryzen 7 de AMD) es una buena opción. Finalmente, si vamos a realizar un uso más profesional o muy específico, nos conviene escoger un Intel Core i7 de cuatro núcleos o el nuevo procesador Intel Core i9.
La tarjeta gráfica puede ser otro elemento determinante a la hora de adquirir un ordenador de sobremesa. Estas tarjetas gráficas se encargan de convertir los datos digitales en un entorno gráfico que podemos visualizar a través de la pantalla. En este sentido, deberíamos optar por tarjetas gráficas que tuviesen un mínimo de 2 Gigas de RAM y que estén dotadas de salidas de vídeo con las últimas tecnologías como HDMI. Los modelos de Nvidia y AMD se disputan el mercado de las tarjetas gráficas con una ligera ventaja en cuanto a calidad para Nvidia.
La memoria RAM es un tipo de memoria que utiliza el procesador para volcar de forma temporal cálculos para hacer funcionar las aplicaciones. Con los años la calidad ha ido mejorando bastante, y a día de hoy es fácil encontrar una memoria RAM a un precio bastante asequible. Si vamos a usar un ordenador para lo básico, con 4 GB tenemos suficiente. Los más exigentes obtendrán un buen rendimiento con 16 GB, y finalmente, 32 GB o más para usos profesionales, la cantidad puede variar en función de la tarea que vayamos a realizar.
A la hora de ampliar la RAM de un ordenador de sobremesa, tenemos que fijarnos bien si tenemos ranuras libres en la placa base. Normalmente los equipos de mesa vienen con un hueco libre para meter más. Fíjate siempre que el tipo de memoria RAM debe ser el mismo que el aceptado por la placa base.
Continuamos con otro factor fundamental: el almacenamiento interno. Allí es donde se aloja toda la información de nuestro ordenador, incluyendo el sistema operativo y sus aplicaciones. En el caso de los discos duros tradicionales deberemos fijarnos en la velocidad de escritura. Este dato nos indica, en revoluciones por minuto, la velocidad de giro de los platos utilizados para almacenar la información. En principio con 5.400 RPM tenemos suficiente para el uso cotidiano pero si podemos conseguir mayor velocidad mucho mejor.
Actualmente los discos duros se están quedando algo desfasados. La tecnología SSD, que almacena la información en rapidísimos chips de memoria de estado sólido, ofrece una velocidad muy superior y tiempos de acceso fulgurantes sin ruido alguno. Un sistema operativo o un juego instalado en una unidad SSD arranca muchísimo más deprisa que en un disco duro, hasta el punto de que simplemente cambiando este componente un ordenador viejo puede rejuvenecer mágicamente.
El mayor problema de las unidades SSD es que son un poco más costosas. La recomendación actual es utilizar un disco SSD si no se van a almacenar mucha información y añadir un disco duro tradicional de gran capacidad como unidad secundaria para los datos más pesados, como grandes colecciones de música y películas. La mayoría de los usuarios tienen bastante con una SSD de 256 GB. Un consejo: si cogéis un disco duro de mucha capacidad, haced dos particiones para separar los archivos del sistema de los datos personales tipo fotos y música. Os evitaréis más de un disgusto.
No nos solemos fijar mucho en este componente, pero es uno de los principales, ya que en función del modelo nos permitirá montar un tipo de procesador, cierta cantidad de memoria RAM, la clase de tarjeta gráfica y otros componentes como discos duros de alta capacidad o varios disipadores para refrigerar el interior de nuestra CPU.